Llevamos más de un mes dentro sin pisar las calles, con niños pequeños que no interactúan con nadie más que su familia y con suerte con alguien a través del balcón.
Llevamos más de un mes viendo cómo su paciencia, esa que a diario parece pequeña o efímera, está aguantando más que la de muchos adultos.
Pero esto es algo que nos supera a todos, ellos no son menos.
¿Cómo enfocamos este confinamiento sin estrés? No es posible, porque es una situación estresante de por sí. Porque nuestros hijos están encerrados entre cuatro paredes, porque no salen a la calle y en muchos casos en apartamentos donde apenas asoma el Sol o hay un poco de ventilación.
Es muy idílico pensar en un confinamiento con jardín, haciendo manualidades, jugando con iPads o con Disney, Netflix o cualquier plataforma de streaming para mirar dibujos o películas. Muchas familias no cuentan con eso. ¿Qué reflexionamos sobre esto?
Tenemos en casa probablemente muchos aparatos electrónicos, acceso a poder comprar harina y todos los ingredientes para hacer pasteles, panes o incluso utilizarlo para hacer manualidades.
Tenemos salud probablemente y ésta salud nos permita estar hastiados del encierro como quien se siente bien después de estar con un resfriado y ya quiere salir a tomar un poco de aire.
Tenemos tantas cosas aún viviendo en un apartamento que poco estamos alertados de las repercusiones globales del confinamiento infantil.
En muchos casos tenemos que seguir trabajando, madrugando para poder aprovechar que los peques duermen y avanzar en aquellas tareas que son más complejas de hacer mientras corren o juegan. Es agotamiento hace que la paciencia que habitualmente intentamos tener, se esté agotando.
Si esto es duro para nosotros que comprendemos lo que está sucediendo, para ellos lo es aún más teniendo sólo una idea abstracta de un virus en la calle.
Antes que nada reflexionando nosotros algo muy simple: Si esto es duro para nosotros que comprendemos lo que está sucediendo, para ellos lo es aún más porque aunque sepan que hay un virus y por ello están en casa, es una idea demasiado abstracta para comprender la dimensión real del porqué están en casa confinados.
Utilizad la tecnología para conectarles con el mundo, con su mundo: abuelos, primos, amigos del cole, amigos en general. Conectad con el mundo todo lo que podáis para que el aislamiento emocional sea el mínimo.
Es importante verse dentro de una lucha global, de estar todos en la misma lucha para sentirse parte de algo más grande.
Si necesitáis un momento de paz en algún momento del día, con calma intentad pedirlo o aprovechad ese momento de siesta si aún lo hacen para descansar aunque más no sea mirando algo en el móvil.
¡Ayudadles con las cosas del cole todo lo que podáis! Sí, es demasiado lo que en algunos casos están enviando de los colegios. Ya hablaremos de este tema con más detalle pero ayudar a tus hijos en este momento no es darles un mensaje erróneo. Nos necesitan más que nunca. Si estar confinados es malo, estar gran parte del día estresamos pensando que si no entregan un trabajo pueden suspender cuando han trabajado duro todo el resto del año es un mensaje más injusto aún.
Elegid un peli, si no tenéis una plataforma de streaming, seguro podéis mirar algo en Youtube , Clan de RTVE , Boing que tienen series y películas infantiles GRATIS, o incluso utilizar Rakuten (antes era Wuaki) que ofrece bastante contenido gratuito para niños que puede verse incluso en la TV.
Si tenéis maíz (en el supermercado se encuentran bolsas de maíz) podéis hacer palomitas caseras y os evitáis las de microondas que son bastante malas.
Y ya tenéis un plan para todos antes de salir a aplaudir cada tarde a las 8 a todos los que nos siguen cuidando mientras nosotros nos cuidamos estando en casa.
Ánimo, esto pasará y en el mejor de los casos, habremos aprendido mucho de esta locura de pandemia.
Si tienes dudas, quieres emprender o no sabes cómo mejorar tu estrategia, escríbenos sin compromiso.