Cuando decidimos que era el momento de contarle a nuestro hijo que en unos meses sería hermano mayor, no teníamos idea realmente de todo lo que podía estar creciendo dentro de el también.
Pensamos mucho en las emociones de la mamá, especialmente si es primeriza, de los miedos de papá, de lo que pensarán los abuelos, amigos, etc. pero pocas veces nos detenemos a ver como evoluciona un hermano mayor. En qué momento comienza a crecer ese nuevo ser dentro de nuestro hijo.
Creemos que hasta que el bebé no nazca, no puedan relacionarse un poco, no habrá un vínculo fuerte que les una o que deberemos promover esa relación para que nuestro hijo no sienta celos, no se sienta desplazado y conecte con su hermano.
Las madres nos angustiamos pensando en lo mal que se podrá sentir si hacemos las cosas incorrectamente, si nuestro pichón siente que ya no lo es todo para nosotros. Los abuelos colman al hermano mayor de regalos para compensar ese segundo puesto que en nuestro imaginario tememos que sienta que le ha sido asignado.
¿Pero en qué momento nuestro hijo se convierte en hermano mayor?
Cuando hacemos partícipe a nuestros hijos de la llegada de un hermano estamos sembrando dentro suyo esa semillita de hermano mayor, cuando le contamos si hemos ido a la matrona, si le hemos visto en una ecografía aunque no nos dejaran una foto, cuando el también espera a su hermano menor y se lo hacemos sentir, allí en ese preciso instante, está naciendo un hermano mayor.
Mi hijo se enteró hace poco que mamá esperaba un bebé, fue algo que festejó intensamente, estuvimos más de una hora hablando sobre el embarazo, nombres, juguetes que el le dejaría, clases súper magistrales de videojuegos, náuseas, la barriga que crecería hasta el techo, todo mezclado porque mi hijo era un torbellino de preguntas y emociones.
Pasaron los días y la emoción no pasaba, aumentaba y con ello las preguntas, las ideas que le surgían sobre las cosas que le enseñaría o como lo cuidaría para que no se golpeara o comiera cosas que no debiera. Le explicó a nuestro perro que vendría un nuevo bebé y que debía tener cuidado con sus patotas torpes pero que seguro le caería bien, que no se preocupara.
Cuando hicimos la primera ecografía pidió llevarla al colegio, ¡necesitaba contarle al mundo entero que sería hermano mayor!, que su hermanito o hermanita estaba creciendo dentro de la panza de mamá, contar como era esa «bolsa llena de líquido» donde ahora flotaba y daba mil vueltas. El orgullo no le cabía dentro suyo. Y así lo hizo, llevó la imagen de la ecografía a clase y con sus apenas 7 añitos se plantó delante de todos y contó lo más importante del mundo, esperaba un hermanito (o hermanita, que le daba igual pero que llegara pronto para conocerle).
Según nos comentó su maestra, se pasó mesa por mesa y mostró la foto, respondió dudas protegiendo en todo momento que nadie pegase un tirón a la fotografía de la eco, ¡era el tesoro más valioso que tenía!
Hay algo mejor que ser un superhéroe y es convertirse en hermano mayor.
El ya era un hermano mayor, el ya comenzaba a amar a su hermanito o hermanita, ya había una familia entera esperando a un bebé que aún no podía siquiera escucharnos pero seguro que podía sentir todo este amor. Es por ello que es tan importante hacer partícipes activos a nuestros hijos de los acontecimientos familiares y no temamos que por ser pequeños puedan no comprender. Sentir que la decisión de poner un nombre u otro a su hermano/a es algo que le atañe también, así como elegir de qué color será la sillita del coche o si miramos ropa de bebé, que el pueda opinar y elegir también.
Lo que vendrá para ellos también es algo emocionante, estarán llenos de inquietudes pero también de momentos compartidos y de responsabilidad positiva que sienten que tendrán. Un nuevo rol que no tiene que ser negativo, ellos serán más grandes que el bebé y como han sido cuidados, amados y protegidos, de ellos mismos nace el hacer lo mismo.
Desde todos esos momentos tan iniciales, ese hermano mayor que le amará y le protegerá con todo su ser, ya está creciendo, a la par que crecen y se forman los órganos y el cuerpecito del bebé, el se está formando como hermano mayor.
