KsiBobbol, los neonatos más golosos de Distroller
junio 29, 2021
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Con frecuencia observamos los primeros dibujos de nuestros hijos como si de una manifestación artística se tratara. Intentamos corregirles la imperfección del trazo e incluso influenciarles sobre cómo debe ser el dibujo, pero detrás de esos garabatos titubeantes hay, con frecuencia, sentimientos que el niño exterioriza a través de una acción lúdica.
El test de la familia permite analizar bastantes aspectos de la vida emocional del niño, ya que la familia es la primera influencia que recibe y de ella emergen las primeras emociones y sensaciones, que se complementan con la interacción externa en la escuela, los amigos y el ámbito social. Sin embargo, la bases de su futura personalidad estarán claramente marcadas por la familia.
Al no tratarse de profesionales, los padres deben afrontar el reto como un juego y no tratar de sacar conclusiones contundentes, más allá de las pistas que el niño dé sobre su estado de ánimo. El niño dibuja cómo se siente en ese momento concreto.
Es test es de muy fácil aplicación y puede servir para obtener una valiosa información sobre diferentes trastornos que puede presentar el niño bien sea a nivel afectivo o intelectual. La edad idónea para realizarlo es entre los 6 y los 10 años, pues en niños menores de 5 años no tiene casi fiabilidad. Para realizarlo basta con tener una hoja de papel en blanco y, como si de un juego se tratara, entregarle al niño lápices de colores y pedirle que dibuje una familia. El niño, si se le plantea como un juego, aceptará sin problemas.
Para que el test sea lo más fiable posible, no hay que tratar de influir para nada en nuestro hijo y hay que limitarse a dar una consigna clara y muy simple: “Dibújame una familia”.
Durante la prueba y de manera muy prudente para no intimidar ni influir al pequeño artista, prestaremos mucha atención a los diferentes rasgos que utilizará para elaborar su dibujo:
•El orden en que dibuja los personajes
•El tiempo que emplea para ello.
•El esmero que pone en cada una de las figuras.
•Si hace paradas o se inhibe ante la ejecución de alguno de los personajes.
•Si en la realización está alegre o, por el contrario, malhumorado.
Estos datos nos servirán a la hora de la valoración global, ya que saber cómo se configura el dibujo es de gran importancia.
Una vez finalizado el test iniciamos la entrevista. Aquí pediremos al niño que nos explique su dibujo, introduciendo una serie de preguntas para aclarar la situación de cada personaje, como son:
•¿Quiénes son estos personajes?
•¿Qué están haciendo?
•¿Dónde van?
•¿Quién es el que se enfada más en la familia?
•¿Quién se porta peor?
Estas y otras preguntas deben hacerse para ver qué intención tenía el niño y por qué ha dibujado como lo ha hecho.
El niño siempre refleja en esa familia su familia y por ello es importante preguntar para comprender el dibujo. Por ejemplo, Daniel es un niño de 10 años que, ante el reto de dibujar una familia, plasmó una familia de flores, con dos muy grandes y dos pequeñas (su familia está compuesta por cuatro miembros). Al preguntarle por su dibujo, aclaró: “Es muy frágil y tiene que cuidarse, porque de lo contrario se puede morir”. Junto a la familia de flores dibujó una regadera, “porque hay que regar las flores”, y un pájaro “para que se coma los gusanos. Para Daniel la relación es muy inestable por lo que respecta al núcleo familiar y está angustiado por la situación y busca ayuda para salvar su familia.
Otro caso sintomático es el de Gema, una niña de 11 años, hija de padres divorciados y huérfana de madre, que es con quien vivían. Son siete hermanos y ella es la pequeña y ha realizado el dibujo por edad, demostrando una gran admiración por los dos hermanos mayores, a quienes atribuye la fuerza y valentía. Ella es la menor y en el dibujo la única niña que mira de perfil a sus hermanos, como reclamándoles su atención. Curiosamente ha eliminado en el dibujo a la mayor de los hermanos que es una chica. De esta manera reclama su papel estelar en esta familia singular. El dibujo demuestra una clara inmadurez en la niña que, pese a su edad, hace un dibujo muy infantil.
A través de las preguntas debemos llegar a la identificación entre la familia dibujada y la familia real. A pesar de que la consigna dada sea la de “dibuja una familia”, el niño dibuja a la suya propia.
Hay muchos aspectos a tener en cuenta a la hora de interpretar los dibujos:
El trazo: la fuerza o debilidad del mismo. Si aprieta al dibujar con el lápiz, demuestra fuerza y audacia; si por el contrario dibuja con mucha suavidad, indica timidez e inhibición.
El tamaño: Si el dibujo se muestra amplio y extendido sobre el papel indica extroversión.
La colocación: Es importante observar el sector de la página que ocupa el dibujo. El superior es el de la expansión imaginativa, mientras el inferior busca la conservación. El sector de la izquierda es el del pasado, la derecha es el porvenir.
El orden: Es importante observar si el dibujo se construye de izquierda a derecha, que es el movimiento natural o, por el contrario, de derecha a izquierda que es un movimiento regresivo.
El personaje principal: Es el que dibuja en primer lugar, suele ser el más grande, el dibujado con más esmero.
La desvalorización: Es la supresión de aquello que le causa angustia, es lo que dibuja más pequeño, peor dibujado, o apartado del resto de la familia.
En cualquier caso, la interpretación es más compleja de lo que pueda dar la impresión con estas pinceladas de análisis. Por ejemplo, Juan es un niño de 9 años que nos proyecta una familia unida y en armonía. Los tres miembros cogidos de la mano con una gran sonrisa. Sin embargo, es hijo de padres separados y por lo tanto el dibujo es aspiracional y lo que hace es negar la realidad. Según los padres del niño el divorcio no fue traumático y no han notado nada extraño en él, pero el dibujo demuestra en realidad el deseo de Juan de tener una familia unida.
En otros casos, como el de María, la felicidad es real y, pese a que la consigna era dibujar una familia, no duda en reafirmar con un título que se trata de la suya. Es feliz y hasta lo plasma en un sol radiante y sonriente. Valora al padre como el personaje principal de la familia y a ella, hija única, la coloca como el centro de la vida familiar y tal vez desvaloriza un poco a la madre por el tamaño en que la dibuja. Pese a sus ocho años, María ha hecho un dibujo rico en detalles, con curvas y movimiento que denotan madurez y capacidad de expansión.
Laura, de 7 años, inicia el dibujo siguiendo el orden natural por edad, alternándolo en su personaje. Se desvaloriza colocándose en el último lugar y además un poco desplazada del resto de la familia. Su hermano de dos años de edad la adelanta, con lo que muestra una mayor proximidad con los padres y los consiguientes celos de ella, la “princesa destronada”. En la vida real, Laura mantiene una buena actitud, nada agresiva, hacia su hermano, pero ha aparecido enuresis nocturna, con lo que reclama la atención de sus padres al no controlar la orina mientras duerme, cuando ella a los tres años ya controlaba perfectamente.
El caso de Rosa, de 8 años, es diferente, pues se ha autoeliminado mientras a su hermana mayor, que es su rival, la dibuja de una manera preferente al ponerla en el primer lugar. Rosa demuestra su inseguridad y baja autoestima en la fragilidad del trazado y en el hecho de valorizar a su hermana, con la que discute continuamente, casi al tamaño de sus padres. A su hermano pequeño le da un valor mínimo al dibujarlo sin detalles, lo que demuestra que Rosa quiere ser Laura, su hermana mayor.
Joana, de 7 años, nos muestra a toda la familia, incluyendo al perro. Da una valoración especial a su hermano de 3 años, a quien coloca en primer lugar y dibuja a su madre como eje central de la familia y punto de apoyo entre los dos hermanos. El padre queda un poco apartado, interponiéndose entre él y el resto de la familia el perro, que “es el guardián de casa cuando Papá no está”. Es un dibujo rico en detalles, con muestras de clara expansión y ganas de proyección hacia el futuro, con extroversión por parte de la niña, como nos indica la amplitud y el espacio ocupado en el papel.
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